sábado, 22 de diciembre de 2012


¿Aún puedes ver mi corazón?
Toda mi agonía se desvanece, cuando me sostienes en tu abrazo.
Capitulo sesenta y uno:

-Llegas temprano –dice con una sonrisa mientras mis ojos se deslizan por todo su cuerpo, tapado (apenas) por una toalla enredada en su cintura.

-Un tio muy pesado insistió bastante en que yo no llegara tarde –digo dejando un beso en su mejilla y cruzando el umbral de la puerta.

-¿Si? –y guiña un ojo de forma coqueta mientras dice muy serio:- no deberías hacerle caso a los pesados.

-Ya, me he dado cuenta al ver que al final el tardon era él –y señalo la toalla sin poder reprimir una sonrisa.

-Tampoco vas a ver nada que no hayas visto ya… -dice en tono burlón mientras comienza andar hacia el baño.

-¡Daniel! –digo tirandole un cojín de los que había justo a mi lado, encima del sofá.

-Pues sentarte, si eso, aunque no creo que tarde mucho –y se para justo antes de llegar a la puerta- por cierto, tengo una sorpresa.

-¿Qué…? –y cierro a la boca, al ver como él cierra la puerta del baño ignorando mis palabras.

Comienzo a dar vueltas rodeando todo el salón, todo esta tal y como lo recordaba… Bueno, creo que hay más fotos que la ultima vez que vine, pero claro, de eso hace ya más de cuatro meses. ¿Cuatro meses? Yo diria que han sido algo así como cuatro largos años interminables. Sonrio al ver nuestras manos entreladas mientras sonreimos a la camara y yo tengo en brazos a la hija pequeña de Chuspy. El bautizo… Uau ¿hace tanto de eso? Creo que realmente he perdido la noción del tiempo. Todo cerca y lejos a la vez.

Me giro y veo su mirada analizarme lentamente, no es una sorpresa, había oído la puerta pero me mira de una manera muy diferente a cuando entre por la puerta. Lo veo cruzarse de brazos y no puedo hacer otra cosa, que intentar retener la sonrisa en mis labios.

-Cuesta creer que haya pasado tan poco tiempo desde esa foto ¿no? –dice acercándose al salón.

-¿Poco? A mi me parece que a pasado muchísimo tiempo… -digo encogiéndome de hombros y volviendo la mirada para analizar la foto- Se nos ve muy felices.

-¿Hace falta que diga que lo éramos? –me giro y encuentro una pequeña sonrisa melancólica en sus labios- por lo menos, lo que yo recuerdo, claro.

-Bueno –y consigo esbozar la más falsa de las sonrisas- dejemos de hablar de esas cosas. El pasado esta bien tal y como esta ¿no? ¿De que sirve removerlo?

Yo no quiero remover nada. Quiero empezar de cero tú y yo… Nada de Dani Martínez y Cristina Pedroche. La pesadilla y el niñato… Solo eso. Noto como las palabras se me atascan en la garganta. Quiero acercarme, abrazarle, olvidarme de todo… Pero él parece tan distante. No lo entiendo. A veces parece que esta dispuesto a empezar de cero, a dejarse llevar, y  sin embargo otras veces es como si estuviéramos en universos diferentes y él fuera inalcanzable. No para de enviarme señales contradictorias.

En fin, y luego dicen que las complicadas somos las mujeres…

-Ey –dice chasquean los dedos delante de mi cara- te has quedo empaná, Pedroche.

-Arg –digo agarrando sus dedos y apretándolos con fuerza en mi mano- sabes que odio que hagas eso.

-Por eso mismo lo hago –y sus ojos se chocan con los míos mientras en su cara de dibuja una sonrisa burlona.

-Eres una pesadilla –digo soltando su mano y empezando a caminar hacia la cocina- Tengo hambre ¿Sabes? Espero que por lo menos ya tengas hecha la comida…

-La verdad es que ha tenido suerte, señorita –dice colocándose a mi lado cuando freno en la cocina- la comida ya esta lista y solo queda calentarla y poner la mesa.

-¿Calentarla? –y sonrío mirando hacia el taper que había encima de la encimera- ¿Tu madre, no?

-Si, mi madre –y mete directamente el recipiente en la encimera mientras yo le sigo atentamente con la mirada- ¿qué? No me mires así, Pedroche, a ti también te hace la comida tu madre.

-Ya, ya, lo sé, lo sé –digo riendo- pero tú vas a cumplir treinta años…

-Y tú tienes veinticuatro…-se cruza de brazos mientras me mira fijamente.

-Vamos, sabes que no es lo mismo… -y sonrío, divertida, al ver como empieza a enfadarse- Yo hace solo un par de meses que no vivo con mi madre, tú hace más de diez años.

-No me gusta cocinar –dice girándose para fijar la mirada en el microondas.

-Excusas… -digo casi en un susurro mientras me muerdo el labio para intentar contener la risa.

-¿Qué has dicho? –posando de nuevo su mirada sobre mi de una manera un tanto brusca.

-Nada –me encojo de hombros y sonrío- que tengo sed.

-Pues abre la nevera –dice señalando al electrodoméstico  que estaba justo detrás de mi- de momento no muerda ni nada.

-Bueno, bueno, bueno, que humores Martinez  -digo abriendo la nevera y sacando una pequeña botella de agua- ¿Síndrome pre-menstrual?

-No –gruñe de mala manera- Tienes razón –y se acera para ponerse enfrente mio- últimamente estoy de muy mal humor. Pero ya sabes, me estreso, y cuando me estreso, me enfado…

-Lo entiendo –digo mirándole fijamente- pero Dani, yo estoy aquí porque tú me invitaste… Si querías estar solo, solo tenias que decirme –me giro y busco mi bolso con la mirada- mira, lo mejor será que me vaya…

-No –dice agarrándome del brazo y acercándome más a él- Siento haber estado borde contigo, las cosas no me han salido como esperaba y estoy un poco enfadado con el mundo… -comienza a gesticular sin parar y yo no puedo apartar la mirada de sus ojos- Pero no es tu culpa, y tú no te mereces que te trate así. Soy un completo imbecil… Pero no quiero que te vayas –me pega a su cuerpo y me abraza con fuerza- No me dejes solo.

Suspiro y alzo los brazos para entrelazarlos alrededor de su cuello. Pego su cuerpo al mio, noto que él se abraza a mi cintura.

Y me doy cuenta, de que jamás podría dejarle solo, ni aunque quisiera y por alguna extraña razón, no quiero.

3 comentarios:

  1. Como me gustan tus capítulos, son los más ñoños de todos, me encantan.
    Y sobre todo porque últimamente estoy muy falta de ñoñerías, y tus capítulos son como mi dosis de ñoñería la necesito.
    Me encanta ese final por favor, he sentido que estaba yo abrazándolos juntándolos, que mono es Dani, como reacciona cuando ve que se va air.
    Me encanta todo, en realidad me encanta toda tu historia, es tan perfecta.
    Con muchas no con muchísimas ganas de mas.

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  2. Cómo duelen estos últimos capítulos. Es increíble.
    No me puedo creer que sólo queden 9... No quiero que se acabe la magia, Sandía.
    Llevo un par de días pensando más de la cuenta en estos dos, en mis reflexiones del tipo "esto está acabado" "no van a volver" y por el estilo... pero luego llegas tú y me recuerdas por qué me enamoré tantísimo de esta pareja y creo que es por las cosas que no se pueden ver, por lo que hay detrás, por el cariño a pesar del tiempo, de la distancia... por el destino que les une y les separa a su antojo, por dejarlo porque si pero seguir queriendo, por echar de menos e incluso puede que a veces de más. Me recuerdas que aunque ya no estén juntos e incluso aunque no vuelvan a estarlo, su amor, su historia, la magia que desprendían no acabará nunca.
    Como tu historia. Como esa sensación cada vez que la leo, con ese capítulo 6 que ya casi me sé de memoria... Por tantas y tantas cosas que sabes, que como te he dicho millones de veces, hacen que tu historia para mi sea mucho más que una novela de 80 capítulos que no quiero que acabe.
    Tu historia es como el recuerdo más bonito de la historia más mágica. Independientemente de lo que pase, Crisda ha existido y Crisda existirá siempre.

    Y por último, y no menos importante, te echo muchísimo de menos, Sandía. Mucho.

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  3. Adoro tus capitulos són tan ñoños! Y los explicas con tantos detalles! Asdfghjjklasdxjsnz! Me encantan! Desdel principio del capítulo esperaba que Dani dijera eso, me encanta que se den cuenta que se necesitan, quno se pueden dejar solos, que se quieren *-* es todo tan ñoño! Me encanta el capítulo como todos los tuyos, siguiente pronto cielo,te quiero

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