"Me muero si no estás, y ya no estás..."
Capitulo cincuenta y nueve:
No hables, no pienses, no rias, no sonrias, no llores, quieto. Miles de ordenes en tan solo un segundo, miles de instantes que construyen media vida en tan solo un minuto, con tan solo una sonrisa, unos ojos, una mirada, un olor, su olor, ella. Freno, me quedo inmóvil, y ella se gira, sonrie. No miro sus labios, ni si quiera lo intento.
Mi mirada choca con sus ojos, buscan ese pequeño brillo para hacer que mi corazón vuelva a latir, se ha quedado quieto, me impide respirar. Al no encontrar ese brillo en sus ojos, bajo a su sonrisa, necesito una señal de felidad. No la encuentro, es una sonrisa vacia.
Me alegro, y a la vez lloro por dentro, no comprendo nada. No me entiendo. Se acerca y besa mi mejilla con suavidad, con miedo. Mi mano roza su cintura y siento una pequeña descarga electrica recorrer todo mi brazo. Sonrio, o por lo menos, lo intento.
Su mirada se fija en mis ojos ¿estara buscando lo mismo? ¿intentara saber si soy feliz?
-¿Qué pasa, pedroche? Estabas aburrida y ¿te has decidido a venir por fin? -se escucha la fuerte voz de Mateo rompiendo mi esquema mental.
-Nada, que como has sido taaaaan sumamente pesado para que viniera a verte, aquí estoy -dice girandose y sonriendo- y, para que veas, he llegado antes que tú, listillo.
-No has llegado antes que yo -responde con una sonrisa burlona- solo que yo estaba en el baño
-¿Has estado durante veinte minutos en el baño? -dice ella cruzandose de brazos y copiando sus sonrisa burlona.
-No pongas excusas, Mateo Te han pillado -digo sonriendo y clavando la mirada en él.
-Ademas hace tiempo -responde ella mirandome con una sonrisa- lo he visto entrar.
-Eso es porque he salido a mear fuera, necesitaba tomar el aire -responde pegandome un puñetazo en el brazo- no metas mierda, Martinez.
-¿Has salido a mear fuera en pleno Diciembre? -dice ella mordiendose el labio- y deja al chico, no mete mierda, se nota que no sabes mentir.
-Eso, deja al chico digo sonriendo- si disimulas mal, disimulas mal.
-Me voy, porque esto ya es una alianza contra mi y voy a acabar perdiendo -dice dejando un beso en la mejilla de Cris- y gracias por venir.
-¿Qué pasa; no querias soportar a Mateo más alla del trabajo? -digo sintiendo como amentan mis latidos.
-No es eso -dice ella borrando la sonrisa de su cara- es solo que hay mucha gente, mucho barrullo... y yo últimamente solo busco tranquilidad.
-Te entiendo -digo escondiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón- yo también me he pensado si venir o no.
-Eres idiota, eh -dice sonriendo- es tu actuación, habrias tenido que venir si o sí.
-No te creas, eh, yo soy muy bueno poniendo excusas -digo sonriendo y fijando la mirada en su sonrisa- habria dicho que tengo que ir a mear a la calle y que es una urgencia o algo así
-Lo que yo decia, eres idiota -dijo riendo.
-Sí, pero te he hecho reir -digo guiñandole un ojo- y si no me equivoco, creo que es la primera risa sincera en toda la noche.
-No, no te equivocas -dice sonriendo disminuyendo su sonrisa.
-¿Y eso a que se debe? Si puedo preguntar, claro esta -digo mirandola fijamente.
-A nada en especial, simplemente no estoy del todo segura de que deba estar aquí -dice encogiendose de hombros.
-¿Y eso se debe a algo en especial o simplemente no estas comoda? -digo cruzandome de brazos y bajando la mirada momentáneamente al suelo.
-Me siento fuera de lugar, no sé -dice jugando con sus manos.
-Tranquila, yo siento lo mismo -digo sonriendo levemente.
-Eso me hace sentir un poquito menos rara- dice sonriendo y alzando la cabeza para mirarme fijamente.
-No, si eres rara de cojones digo sonriendo- pero yo hoy me siento igual.
-¡Oye! -dice pegandome en el brazo suavemente- no soy rara. Supongo que sera la lluvia, nos pone a todos igual
-Si, supongo que sera eso -digo clavando mi mirada en sus ojos- tú estas bien ¿verdad?
-Claro ¿por qué no iba estarlo? -dice sonriendo forzadamente- tú también estas bien ¿no?
-Claro -digo esforzandome por sonar sincero- me voy, que esto empieza en nada, pasatelo bien y disfruta, eh.
-Igualmente -dice sonriendo desganada- seguro que lo haces genial.
Y me voy, salgo corriendo, dejo todo atrás. La dejo a ella atrás, una vez más. Siento mi estomago arder y mi cabeza palpitar. No quiero pensar, me he propuesto no pensar. De nada vale ya sentirse culpable, arrepentirse, o intentar retroceder. Nada va cambiar, nada va a volver a ser lo que era. Ella no esta, ya no esta. Esta atrás.